03 mayo, 2011

Un deseo = Una caracola


“La costa del mar, que lugar tan tranquilo. Las pequeñas olas del océano, juguetonas, me incitan a que las persiga por la orilla como cuando era pequeña, la fina arena me acaricia con delicadeza mientras camino sobre ella, con calma. No puedo evitar fijarme en las gaviotas, danzando en el aire, creando un vals con el viento para pasar el rato... Adoro este lugar.”

Observé a las familias que se encontraban a mi alrededor, aprovechando una tarde de verano. Como disfrutaban los pequeños, quejándose a sus madres, quienes les obligaban a salir del agua por estar ya atardeciendo, y ellos, con la cabeza gacha, obedecían pidiendo el deseo de volver mañana a probar el sonar de las olas. Otros iban para practicar deporte, como el joven que venía corriendo hacia mí, con un gran perro saltando y ladrando a su alrededor, animado, esperando a que su dueño le lanzara una pelota al agua para así poder atraparla,tan solo un juego que simbolizaba una caza para el animal. Al llegar a mi altura, me saludó con una sonrisa acompañada de un agradable y educado “Buenas tardes señorita”.Giré sobre mí para contestarle formalmente y después, continuar mi paseo por la delicada línea del Mediterráneo. En mi camino, también me crucé con parejas, tanto jóvenes como de mayor edad, que habían decidido pasar una tarde junto a la persona que querían, una imagen bonita y tierna que alegra el día a cualquiera.
Una de las múltiples olas que seguían invitándome a que jugara con ellas, me acercó un objeto brillante y circular que atrajo mi atención. Como si fuera una trampa para incitarme a entrar en el basto océano, el mar me mostró débilmente el desconocido objeto, para seguidamente volverlo a esconder bajo sus arenas por siempre. Sin pensármelo dos veces, salí corriendo a por él antes de que la ola lo hubiera hecho desaparecer. En cuanto conseguí atraparlo volví tan rápido como pude de nuevo hasta la orilla, ya que el mar me tomó por una ladrona y mandó cazadores a por mí, para devolverle el objeto que no había robado, sino salvado. Entonces volví a sentirme como una niña pequeña, jugando con el mar mientras inventaba historias de ese calibre para entretenerme.

Me senté en la arena de la playa para poder observar la recompensa de mi esfuerzo, y mi sorpresa fue encontrarme una bella caracola, la primera recogida en toda mi vida. Su escudo brillante, al igual que barniz, me deslumbró y quedé hipnotizada por él. No pude evitar acercarla a mi oído, apartando el pelo de mi rostro y así, concentrarme como una ingenua, preguntándome si de verdad se podía escuchar el aullar del mar o el sutil canto de las sirenas. En vez de encontrar uno de esos sonidos marinos, tan solo hallé una voz, por suerte, muy familiar y cercana para mí.
-Date la vuelta.-Esas fueron sus órdenes. Abrí los ojos y, delante de mí noté una sombra que provenía de mi espalda. Al levantar la vista obtuve el rostro de un varón, el rostro del chico a quien yo deseaba ver en cada momento de mi vida, pero que estaba lejos de mí en esos momentos. “No puede ser, es imposible que esto esté ocurriéndome...” Sin saber por qué, me levanté tan rápido como pude y me lancé a sus brazos sin pensármelo antes, como si mi cuerpo actuara por su cuenta sin antes pedir permiso a mi cabeza. Él me devolvió el abrazo, y en mi rostro se dibujó una sonrisa sincera, alegrándome de que él estuviera a mi lado por fin.

Entones abrí los ojos, seguía sentada en la fría arena y con la caracola pegada a mi oído, oyendo en su interior la marca propia del mar. Él no estaba a mi lado, ni abrazándome ni sonriéndome, y ello me entristeció mucho, aunque he de admitir que la sensación de alegría al ver que él había estado a mi lado y me había rozado, era cálida y reconfortante, la echaba tanto en falta como nunca antes, mas, no me encontraba triste, me había alegrado mucho verle en persona, aunque fuera dentro de mi imaginación.

Y justo en ese momento, una sombra cruzó por mis ojos, manteniendo la compostura delante mío. Su voz resonó desde la caracola y su fragancia rompió las leyes de la realidad...
-Date la vuelta...

10 comentarios:

  1. Sí, es mío =3
    Si cuelgo alguno que no me pertenece pongo un aviso antes. Pero este es todo todito mío ^^
    Me alegro de que te haya gustado =3

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  2. Gracias paulii, me alaga que te guste ^^

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  3. No me gusta, meencanta :3 ya la foto es muu chula tambiien :P

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  4. Graciaaaaaaaaaaaaaaasssssss!!!! Jejeje, ai, que verguenza me da ahora por dios, jaja...

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  5. Ñaaaaa ^^ me encanta, mis sueños son fértiles en tus manos por lo que veo XD

    Tengo ganas de poder abrazarte de verdad, sin que tengas que servirte de alucinaciones ni hechizos de caracola...
    Te quiero^^

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  6. Jejeje, gracias ^^ cualquier cosa sirve de inspiración, y me vino justo a la mente esta historia cuando dijiste lo de la caracola =3

    Y yo también tengo ganas de verte ^^ y no te preocupes, prefiero tus abrazos reales a los producidos por hechizos de caracolas, aunque también valen, pero no tanto.
    Más te vale volver pronto eh! Jeje =3

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  7. Me encanta, es precioso! Podrías probar a escribir alguna historia en plan de varios capítulos y eso! Serías buena! Te sigo!
    Un besito!

    Leyre.

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  8. Vaya, muchísimas gracias Leyre, me alegro de que te guste. Y sí, podría probar, pero aun estoy muy verde y me alargo mucho en los relatos, así que prefiero seguir durante una temporada con este tipo de historietas de momentos únicos.
    Pero te puedo asegurar que tengo en mente una historieta con capítulos.

    Gracias por comentar ^^

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